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El quiste branquial es un tumoración del cuello de contenido líquido. Este tumor es congénito, es decir, que aparece desde el nacimiento, aunque puede hacerse evidente recién en la juventud o vida adulta. Es de naturaleza benigna.
Se origina durante el desarrollo embrionario del cuello (es decir antes de nacer). También se llama “fístula de arco branquial”.
El quiste branquial se ubica en la región lateral del cuello, por delante del músculo esternocleidomasteoideo , que es el músculo más largo del cuello.
Habitualmente en la mitad de camino entre la clavícula y la mandíbula, pero puede tener otras localizaciones en el cuello.
Se palpa una masa blanda redondeada, que por lo general no duele, excepto durante los procesos de inflamación o infección aguda. A veces su única manifestación es un pequeño orificio supurante por encima de la clavícula, denominado “fístula branquial”.
No. El quiste branquial puede ser pequeño o grande, ubicarse superficialmente o en la profundidad del cuello. Casi siempre es de un solo lado.
Alrededor de la mitad de los casos de quistes branquiales aparecen antes de los 10 años de edad. También pueden aparecer en adultos jóvenes y en edades más avanzadas. Se da tanto en hombre como en mujeres.
Un quiste branquial puede permanecer “silente”, es decir que no se palpa fácilmente, no se ve, ni se infecta durante muchos maños. En ocasiones la primer manifestación se produce por una infección que puede ser tan banal como un catarro.
El tratamiento del quiste branquial es siempre quirúrgico. La cirugía consiste en la resección completa del quiste. Si existe además una fístula, se retira todo el trayecto hasta su finalización, Estos trayectos pueden llegar hasta la amígdala, que se incluiría en la resección. La cirugía se realiza a través de una incisión horizontal sobre alguna línea natural del cuello para que quede disimulada estéticamente. La intervención se realiza bajo anestesia general, demora aproximadamente 2 horas y el alta generalmente es en el mismo día de la cirugía. El posoperatorio es bien tolerado.
En muchos casos el paciente no manifiesta complicaciones graves si no se opera. Sin embargo, un porcentaje de los casos evoluciona como una masa voluminosa que continua creciendo en la región lateral del cuello. Se pueden producir episodios agudos de infección y producir dolor. la infección da lugar a abscesos profundos de cuello, con consecuencias graves.
No existen quistes branquiales malignos. Sin embargo, el diagnóstico de certeza de un quiste branquial solo se obtiene por biopsia, es decir, luego de haber operado al paciente. En algunos casos ocurre que habiendo un tumor de cuello sin diagnóstico pero con sospecha de quiste branquial, se decida realizar la cirugía para obtener el diagnóstico definitivo y tener certeza que se trata únicamente de un quiste y no de un tumor maligno, vascular, etc.
Los estudios complementarios que ayudan a definir el diagnóstico de quiste branquial son la ecografía cervical, tomografía computada de cuello con contraste y, eventualmente, una resonancia magnética nuclear de cuello.
También puede ser útil realizar una punción con aguja fina para evacuar temporalmente el contenido y estudiarlo.
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Las fístulas o quistes de primero y tercer arco branquial ocupan sólo un 10% de los casos. También son de resolución quirúrgica. Algunos de estos casos requieren mayor complejidad y las recidivas son más frecuentes.