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La evolución de la otorrinolaringología en el transcurso de este siglo estuvo dividida en dos etapas: los primeros 50 años durante los cuales primó el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas y la segunda etapa que fue acompañada por el desarrollo tecnológico que trajo consigo los cambios más trascendentes de la especialidad así como de la gran mayoría de las especialidades médicas.
Son innumerables los ejemplos que podemos mencionar en cuanto a la aplicación de las tecnologías en el terreno de la medicina. Por ejemplo la utilización del microscopio abrió, en 1950, un nuevo campo en la cirugía del oído.
Actualmente resulta imprescindible para la cirugía otológica. En la década del 70 se comenzó a utilizarlo también para la cirugía de la laringe y en los 80 se extendió su uso a la patología de la naríz.
Otro avance en el campo de la salud que vino de la mano de la tecnología fue la aparición del audífono (conocido en la jerga médica como “otoamplífono”).
Este dispositivo le permitió oír a personas que anteriormente estaban excluidas de la sociedad por su deficiencia grave en la audición.
En los últimos diez años, especialmente, los nuevos modelos de otoamplífonos variaron desde aparatos muy grandes, costosos e incómodos a dispositivos más pequeños y eficaces. El avance, por supuesto, fue gradual comenzando por los aparatos que se colocaban por detrás de la oreja, luego en la entrada del oído para finalmente llegar al día de la fecha en que se encuentran disponibles los dispositivos que se colocan adentro del oído, al lado del tímpano. El hecho de ser cada vez más pequeños y estéticos permitió que muchas personas, hasta entonces reticentes, adhirieran a su uso. Además, con el aumento de la expectativa de vida se incrementó la población anciana que, como todos sabemos, escuchan menos y necesitan del aparato.
En los 30 años se abrió una nueva esperanza para los sordos. Tanto aquellos que sufren de este problema desde el nacimiento como los que desarrollaron la sordera por cualquier causa, se han visto beneficiados con las modernas técnicas de implante coclear. Este sistema consiste en la inserción de un dispositivo con electrodos dentro del oído interno que estimula la vía nerviosa auditiva. Este procedimiento está aún en plena etapa de investigación y promete mejores resultados para el próximo milenio.
El médico especialista en garganta, nariz y oído se vio favorecido por la aparición de las fibras ópticas (que también se utilizan en otras áreas, como por ejemplo en el cableado telefónico). La fibra óptica se utiliza para ver las cuerdas vocales y las cavidades paranasales. En la cirugía de sinusitis también se la puede utilizar, con mejores resultados.
La aplicación del rayo LASER en la medicina ha encontrado un auge en los últimos diez años. Nuestra especialidad la utiliza en todas las áreas. Por ejemplo, para la cirugía del ronquido.
La criocirugía que consiste en la aplicación de un metal que se congela con dióxido de carbono y permite la destrucción circunscripta de los tejidos enfermos (por ejemplo, restos amigdalinos), ya tiene su aplicación desde hace más de 10 años.
Uso de fibroscopia con video en oído | Endoscopio rígido con fibra óptica para fuente de luz |
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Fibroscopio especial para otorrinolaringólogo | Estudio de rinodebitomanometría por computadora |
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Si bien han sido muchas las satisfacciones que pudimos obtener por las nuevas tecnologías, también nos hemos visto frustrados en varios terrenos.
Los investigadores a nivel mundial han creído equivocadamente durante la década del 70 que las infecciones estaban “bajo control”. Hoy nos hemos dado cuenta que los antibióticos no curan todas las infecciones. Con el uso indiscriminado de los mismos, se ha visto que los gérmenes han desarrollado una cierta “resistencia” a su efecto letal. Lo mismo que ocurre con los insectos e insecticidas ocurre aquí. Es decir, que se tienen que desarrollar constantemente nuevos antibióticos que combatan eficientemente a los gérmenes, porque los mismos han encontrado los mecanismos para burlarse de los antibióticos.
El resurgimiento de enfermedades milenarias que se habían considerado erradicadas de muchos países como el cólera, la tuberculosis y la sífilis debido a la pobreza, la promiscuidad y al desconocimiento de las medidas de autocuidado, han puesto en jaque a los profesionales de la salud que comienzan a apuntar sus esfuerzos en estos campos.
Sin duda, con el advenimiento del SIDA como nueva enfermedad ha aparecido un nuevo reto para la comunidad científica mundial.
Son innumerables los esfuerzos que se vienen realizando para evitar la progresión de los contagios y para el tratamiento de los ya infectados y enfermos.
Numerosas drogas han aparecido y se prevé un avance mucho mayor en los próximos años.
El siglo que viene se verá determinado seguramente por el campo de la informática que ya está dando sus frutos en todos los terrenos médicos.
Los tres temas más importantes para resolver en el futuro son probablemente la creación de nuevas vacunas preventivas, con lo cual se controlarán las infecciones; la llegada de dispositivos que suplanten las funciones de órganos como el oído, cuerdas vocales y olfato; y por último el mejoramiento de los sistemas de salud tanto el campo preventivo como terapéutico.
Finalmente debemos afirmar que si bien los avances tecnológicos y de investigación han producido una gran revolución en la medicina, también debemos saber que el médico cumple funciones que no son reemplazables por las máquinas como ser el saber escuchar, acompañar y dar afecto al enfermo que lo necesita.